La celebración en 1909 de la Exposición Regional Valenciana
supuso un hito importante en la historia de Valencia y de toda la región.
Durante la celebración de dicha Exposición, se realizaron múltiples eventos
como partidos de fútbol, carreras pedestres, caravanas automovilísticas… que
hicieron en delicias de todo aquel que se acercó a contemplarlos.
Pero sin duda, una de las atracciones que más sensación
causó al público asistente fueron las realizadas con globos o aerostatos.
Valencia, por increíble que parezca tenía ya una larga
afición por los prodigios voladores y existen datos que nos remontan, ni más ni
menos, que al año 1603 cuando un labrador valenciano se fabricó, como recoge en
su “Viaje entretenido” Agustín de Rojas,
“Unas alas para volar, con las que
arrojose desde una peña muy alta, cayendo sobre un arroyo…”. Después de
esta proeza, en Valencia se fueron sucediendo estas demostraciones con relativa
frecuencia y algunas fueron famosas como las realizadas por el llamado
“Simpático Milá”.
Por ese motivo no es de extrañar que, en el marco de la
Exposición regional celebrada en 1909, se incluyesen este tipo de eventos. Sin
embargo, lo que debía ser una fiesta se convirtió en una tragedia de la que
poco se ha escrito y contado.
Esteban Martínez Díaz y su globo “Mariposa”.
Contaba Vicente Vidal Corella en septiembre de 1959 que “… en el programa de los variados festejos
que se habían de celebrar en la Exposición regional Valenciana se incluyó la
elevación de aerostatos. Y se contrató la actuación de los aeronautas Francisco
Monteiro, Mercedes Coromina y Esteban Martínez, quienes efectuaron diversas
elevaciones”.
Este último, Esteban Martínez Díaz, realizó varias ascensiones
de las cuales había vuelto encumbrado como un auténtico héroes tras aterrizar
en lugares tan alejados de la Exposición como eran las localidades de Aldaya o
Alboraya.
Las demostraciones de Martínez Díaz ofrecían, además, un
plus de vistosidad ya que evolucionaba con su globo sin utilizar ninguna
barcaza de mimbre donde sostenerse. Eran tan la espectacularidad de sus actos y
la fiabilidad de “Mariposa” que la Comisión de festejos le había solicitado que
lo cediese para dejarlo estático y dar una mayor vistosidad a la Exposición.
Según parece, Esteban Martínez habría visto con buenos ojos
esta cesión pero esta debía producirse pasado el día 12 de septiembre. Fecha en
la que estaba prevista su última exhibición.
Un fatídico domingo.
La mañana del 12 de septiembre el tiempo no era tan bueno
como en los días anteriores ya que soplaba un fuerte viento de poniente, lo que
hacía temer por la seguridad de “Mariposa” y de su piloto. Tomás Trenor
Palavicino, presidente del Comité de la Exposición regional, trató de convencer
a Esteban Martínez para que anulase, o al menos pospusiera, su última
demostración aérea. Pero el piloto se negó a hacerlo aunque consintió en
ponerse un cinturón flotador y un chaleco salvavidas por si el viento le
empujaba hacia el mar y caía en él.
Finalmente, la ascensión se produjo y, en tono jocoso,
Esteban Martínez se despidió del público con un “¡Adiós, voy a darme un baño!
Según cuentan las crónicas, el globo se elevó rápidamente
atravesando las nubes y permaneciendo por unos momentos en los alrededores de
la explanada de la Exposición para después, lógicamente, ser arrastrado hacia
el mar ante la atenta mirada de los espectadores que, aparte de la zona de la
Exposición, abarrotaba las playas y veía la situación inestable del globo y como
su piloto iba arrojando lastre para ganar más altura. Sin embargo el globo
inició un descenso rápido hacia el mar.
Según recogió Vidal Corella: “La gente de mar más pronto que el curioso público, se dio cuenta
exacta del riesgo que el aeronauta corría, y en humanitario altruismo varios
marineros, desde el puerto, se lanzaron con sus botes por las alborotadas aguas
del mar”.
Entre las embarcaciones, salió el remolcador “Manuel María”
portando a bordo a las preocupadas autoridades y representantes del Comité de
la Exposición, que se sumaron angustiados a la búsqueda del aeronauta.
Tras dos horas de búsqueda, se divisó por fin el globo
“Mariposa”, a unas diez millas del remolcador. Esa distancia, sin embargo y
debido
al fuerte viento y al estado del mar, se convirtió en toda una odisea para el “Manuel María” cuya tripulación se desesperaba al darse cuenta de que la noche pronto haría acto de presencia.
Cuando la oscuridad envolvió el mar, el remolcador y el
resto de embarcaciones dieron por finalizada la búsqueda y regresaron al puerto
donde decenas de personas les recibieron en medio de un silencio que no hacía
presagiar nada bueno.
Al día siguiente se realizaron nuevas búsquedas, pero a
Esteban Martínez Díaz no se le volvió a encontrar. El último vuelo del
“Mariposa” y su intrépido piloto acabaron en el Mediterráneo y su historia
merece, al menos eso, ser rescatada.
Triste final, pero si, debería constar en las noticias que sobre la Feria se realizaron. Gracias por compartir.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarMuy interesante. Desconocía está desgracia y aunque triste, me ha gustado conocerla, ya que es parte de un evento tan importante para Valencia como fue la gran Exposición Internacional.
ResponderEliminarMuchas gracias.
ResponderEliminar